Después de diversas experiencias en el mundo de la música, fue en el año 1976 cuando un joven Jean-Michel Jarre sorprendió al mundo con esa maravilla llamada Oxygene, éxito de ventas a nivel planetario, con el que además popularizo la música electrónica poniéndola al alcance de todos los públicos.
Tras ese enorme impacto, tan grande como inesperado, llegaría Equinoxe en el año 1978 con el que Jarre volvería a alcanzar un gran éxito en todos los niveles, y con él los primeros superconciertos en aforos inmensos y ante millares de personas.
En el año 1981 llegaría su tercera gran obra Les Chants Magnetiques, que ya le aupó de manera definitiva al Olimpo de los grandes creadores musicales de todos los tiempos. Poco después, en el año 1982, recibiría la invitación del gobierno chino para actuar en aquel lejano y hermético país, de esos conciertos saldría el gran disco doble en directo, The Concerts in China.
Desde esos lejanos ya principios de los años 80, Jean-Michel Jarre no ha dejado de trabajar en los más variados proyectos discográficos y de realizar megaconciertos aprovechando los lugares más impresionantes del mundo. Pero en mi opinión en esa trilogía de discos a caballo entre los 70 y principios de los 80 está la base de toda la enorme popularidad alcanzada.
Para ilustrar sonoramente la creatividad de Jarre durante esos años nos quedamos con la Parte 4 del álbum Equinoxe.